16 de junio de 2016.
De un sueño no muy pesado, me despierto al escuchar unas voces que sonaban
un poco agitadas. No me asuste, solo me sorprendía la hora que era. De repente
veo que mi madre entra por la puerta a medio vestir, como hace todas las
mañanas, con un rostro que se me hacía familiar. Cuando me siento para atenderla,
luego de entrar y llamar mi nombre, rompe en llantos diciéndome: "Mi mamá
murió."
Mi postura cambió. No pude entender bien lo que me dijo, dejando salir un
"¿Qué?" Ella con la misma voz llorosa me vuelve a repetir la trágica noticia. Ahí pude reconocer el rostro que tenía al principio: fue la misma cara
que tuvo cuando me dijo que mi abluelo paterno había muerto.
El dolor fue parecido, pero
sentí que fue peor. Probablemente es por la cercanía que tenía con ella. La
visitaba más a menudo, compartí muchos años de mi vida con ella. Eso hizo que
la relación fuera más fuerte y unida. Tristemente es otra fecha para marcar en
el calendario.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario