Los
sentimientos son como las estaciones del año. Tienden a tener un ciclo, el cual
puede ser largo como corto, pero sucede.
Empieza con
una brisa en todo tu interior. Nuevos ruidos aparecen, nuevas cosas crecen. Te
ponen en un ánimo de relajamiento y el sentido de nuevo en todos lados. Igual
que nuevas hojas en un árbol cuando empieza a florecer.
Luego llega el
calor que tiene como adjetivo infernar. Sin mucha brisa y si hay contiene calor
en ella. Los ruidos nuevos evolucionan a canciones que dan al calor un humor
mejor. Te pone en un ambiente de inquietud y a veces de forma desesperada.
Igual que al crecer y enverdecer las hojas de un árbol.
Continúa un
frio caluroso, las canciones empiezan a callarse. Acurrucarse en un sitio
seguro y caliente. No se nota mucho pero es verdad. En algunos momentos es más
notable que en otros. Como las hojas se ponen anaranjadas o rojas, otras
empiezan a caer.
Terminando con
un frio o nieve empieza a tomar posesión de tu interior. No se escucha ni los
ruidos del principio. A veces no es notable a simple vista, pero llega el
momento que no se puede evadir más. Igual que el proceso donde las hojas caen
dejando el árbol desnudo en su totalidad.
Tristeza o
felicidad puede llegar a suceder cuando vuelve a empezar el ciclo. Algunas
veces empiezan a nacer de nuevo, otras veces no vuelve a nacer nunca más.
Viendo el árbol, tristeza corrió por mi mente y corazón. El árbol no volvió a
sacar hojas nuevas como al principio de la primavera anterior.
No puedo
dejar de observar ese árbol que nunca va a volver a florecer. Solo lo vigilo
porque quiero estar pendiente y no perderme el momento en que pueda otra vez
empezar la primavera para ese árbol.
Este es uno de mis escritos usados para una competencia de literatura cuando estaba en 12mo grado en la escuela San José Superior en Caguas, Puerto Rico. Gracias a él me gane el primer lugar en la categoría de ensayo.
ResponderBorrar