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sábado, 2 de junio de 2018

Logro o Pérdida

   El día de mi graduación está próximo a llegar. Muchos me preguntan cuál será mi próximo paso. Otros me preguntan cómo se siente haber terminado el bachillerato. Otros solo se limitan a felicitarme. Yo les contesto, preguntándome a mí misma lo mismo.
   Mi próximo paso está lleno de variables que no puedo controlar. Si quiero seguir estudios graduados, estoy a merced de que me admitan de muchos que solicitan con mejores calificaciones y experiencia. Si quiero trabajar, estoy a merced de que me escojan de los muchos que solicitan para la misma plaza con experiencia.
   El gusto es algo muy personal y no hay contestación errónea, solo prejuicios. Sinceramente este bachillerato no fue fácil, a veces siento que pase los cursos sin aprender nada. Si tuve oportunidad de cambiarme antes de culminarlo, pero no sabía a cual cambiarme. No puedo negar que con este bachillerato puede que encuentre trabajo más rápido, aunque sea ser maestra.
   A veces me pregunto qué hubiera ocurrido si hubiera escogido uno de mis sueños. Mi primer sueño fue ser veterinaria. Amo los caballos, así que dudo que no me hubiera gustado estar alrededor de ellos toda mi vida. Pero, debí tomar un bachillerato en biología para luego aplicar para la escuela de veterinaria. Y, sinceramente, no creo que me hubiera gustado coger tantas ciencias. Esa fue la razón por la que nunca pensé en ser doctora. 
   Mi segundo sueño fue ser mecánica de auto. Desde los 12 años ayudaba a mi papá con cosas de la casa. Mi hermana mayor no le gustaba y mi mama estaba ocupada con otras cosas. Él hacía varias tareas, la mayoría arreglando o instalando cosas, lo cual me gustaba y aprendía. Pero, cuando se los comente, ellos no me apoyaron porque me era muy fuerte y agotador. También había algo sexista en sus tonos, ya que esa carrera es más para hombres que mujeres. Al final desistí, probablemente por la razón de lo agotador que es trabajar en eso todos los días y sin olvidar que puede que nadie me diera trabajo por ser mujer.
   Mi tercer sueño fue ser escritora. No es tan sorprendente ya que por este medio es que comunico mis más profundos pensamientos. Desde los 14 años me puse a escribir ensayos para competir en la escuela. En 10mo gané tercer lugar, en 11mo gané segundo lugar y en 12mo gané primer lugar. Se pudo ver mi mejoramiento en la escritura al ir subiendo de lugar en las competencias. También, en otra competencia en la escuela gané tercer lugar, donde se envió a otra competencia a nivel isla de las escuelas católicas. A nivel isla gané el primer lugar y el premio supremo de la competencia en general. Al recibir tantos premios y buenas críticas, pensé que podría lograrlo. Pero mis padres no me apoyaron, diciendo que podía escribir en cualquier momento y estudiar literatura no me aseguraba un trabajo. Al final desistí, en parte tenían razón. Varios autores puertorriqueños no pueden vivir con solo sus libros. También, yo no escribía novelas sino ensayos y no escribía tan a menudo como para sacar un libro cada año.
   Una de las razones por la cual nunca me cambié de mi bachillerato fue por miedo a fracasar. Los caminos que me gustaban se veían tan lejos mientras me esforzaba en no fracasar mis clases. Al final, aquí estoy a punto de graduarme de un bachillerato que corto todos mis caminos a mis otros sueños.
   Sí, puedo estudiar de nuevo y escoger alguno de mis sueños. Pero, mis padres no me lo van a pagar. Tendría que pagármelo, lo cual nos trae al problema mencionado arriba: necesito un trabajo.
   En fin, debo verlo por el lado positivo, aunque no realista. Muy poca gente se gradúan de mi bachillerato, así que esto me hace como una especia rara. No puedo negar que me hace sentir importante y todavía no puedo creer que lo haya logrado.
   Aunque no se bien que es lo que vaya a hacer, sé que no voy a ser un parásito más en la isla. Trabajare y daré mi dinero para que el gobierno se lo eche al bolsillo. Seguirá este ciclo vicioso hasta poder irme de aquí.

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