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viernes, 29 de julio de 2016

Neutralidad

     ¿Es que no existe algo positivo en todo? No. Si lo hubiera no existiría el mal o lo negativo.
     En la vida debe haber un balance. Se supone que ocurra la misma cantidad de cosas malas como de cosas buenas. Obviamente, no vas a estar pendiente ni contando cuantas cosas buenas y cuantas cosas malas te ocurren.
     A veces piensas que te pasan muchas cosas malas. Pero, en realidad, estas tienden a durar más y dejar un sentimiento fuerte. Si prestas atención a las cosas buenas probablemente pienses que te pasan muchas cosas buenas.

martes, 5 de julio de 2016

Muerte II

16 de junio de 2016.
     De un sueño no muy pesado, me despierto al escuchar unas voces que sonaban un poco agitadas. No me asuste, solo me sorprendía la hora que era. De repente veo que mi madre entra por la puerta a medio vestir, como hace todas las mañanas, con un rostro que se me hacía familiar. Cuando me siento para atenderla, luego de entrar y llamar mi nombre, rompe en llantos diciéndome: "Mi mamá murió."
     Mi postura cambió. No pude entender bien lo que me dijo, dejando salir un "¿Qué?" Ella con la misma voz llorosa me vuelve a repetir la trágica noticia. Ahí pude reconocer el rostro que tenía al principio: fue la misma cara que tuvo cuando me dijo que mi abluelo paterno había muerto.
     El dolor fue parecido, pero sentí que fue peor. Probablemente es por la cercanía que tenía con ella. La visitaba más a menudo, compartí muchos años de mi vida con ella. Eso hizo que la relación fuera más fuerte y unida. Tristemente es otra fecha para marcar en el calendario.

Muerte I

25 de abril de 2012.
     Un día que vi común, ni bueno ni malo, solo un día más. Como un día mas no me preocupe en decirle a mi familia que la amo. Yo en la computadora, mi padre viendo televisión como un día común. Yo en una esquina fuera de la vista de los demás, sin hablar ni hacer ruido. De sorpresa llega mi madre temprano del trabajo. Ya no es un día común. Mi madre, sin saber que estaba cerca, dice una noticia difícil. Una punzada cruzo me corazón, no lagrimas ni llantos pero si dolor. Me cuestione si no debí escucharlo pero en eso se acerca mi mamá. La mire con pregunta en mis ojos: ¿Escuche sin querer?, ¿El mensaje era para mi también? Ella me miro y puso su cara de cucharita para no llorar. Yo asentí con la cabeza y pensé: Ya hay algo que marcar en este día, una muerte.
     Apague la computadora, no podía seguir actuando como un día común porque ya había dejado de serlo. No quise pensar en nada porque sé que lloraría en un instante. Solo actué no común, lo que llamarían “momento de luto”. Los tres nos sentamos e hicimos algo que mi papá quisiera hacer: ver televisión. Hubo un momento en que mi mamá me pregunto con su cara de cucharita como estaba. Yo le sonreí y le explique que no lo había pensado mucho.
     Al próximo día fui al calendario, apunte mi dedo hacia el 25 de abril y pensé: “Este es el día que murió mi abuelo.”